ASÍ SE HACE SIN FRONTERAS

A

 

  1. Cuando tenemos el material, yo lo traduzco. Normalmente voy dos meses por delante del proceso de producción, tres antes de que os llegue a vosotros.

Intento siempre ser fiel a los textos originales (por algo soy también guionista y escritor), de manera que digan lo que dijeron y no lo que se tradujo de una traducción o se recortó de aquella manera en otras ediciones anteriores. Siempre tengo a mano alguna otra edición, como cualquier traductor, para ver cómo solucionaron otras ediciones algún problema. A veces me sorprendo de cómo lo esquivaron o se inventaron cualquier cosa.

Como estamos publicando cómics de hace tres cuartos de siglo en algún caso, siempre intento que la traducción pueda tener un saborcillo retro: evitar los modismos contemporáneos, las alusiones culturales a momentos que no eran entonces. De ahí que podáis ver que, por ejemplo, Terry, dice cosas como “Cáspita” y “Córcholis” que ya no vemos en los cómics de ahora.

  1. Jesús Yugo se pone manos a la obra en lo que es, sin duda, el plato fuerte y lo más difícil de nuestro trabajo. Tiene que limpiar los textos (con la ayuda ocasional de Carlos Casamayor), limpiar los picos torcidos, las manchas de sombra mal puestas, repasar alguna línea perdida… y cuando el material está en mal estado, recurrir a amigos que colaboran y nos lo buscan de otras ediciones o de colecciones particulares: una cara de Aleta que está borrada en el archivo original, una mano que se pierde, una mancha de negro que se lo come todo.

Insistimos en que en Sin Fronteras no publicamos tal cual los materiales de otras ediciones tal cual nos llegan, que suelen ser muy buenas de origen en algún caso o no existen en la mayoría. Casi siempre detectamos detalles que se pueden mejorar. En Príncipe Valiente, por ejemplo, suelen estar muy dañados los azules (y por lo tanto también los verdes), así que intentamos restaurarlos.  Y las partes borradas, rostros de personajes incluidos,  buscamos la manera de recomponerlos.

El borrado de los textos (no, en los años 30 o 40 no había Photoshop por capas),  tiene alguna dificultad añadida: es fácil eliminarlos de los bocadillos, pero en muchas dominicales el texto va sobre un fondo de color, color que hay que reconstruir una vez borrado el texto. Pero ese color no es un color plano, tiene trama de puntos, pues el origen suele ser una reproducción de prensa o una prueba, así que la cosa se complica. Revisad los Flash Gordon de Alex Raymond para haceros una idea

En materia de reconstrucción, el segundo de los dos tomos de las tiras diarias de Flash Gordon de Austin Briggs es el que más dolores de cabeza nos ha dado, dado el lamentable estado del material de partida. Creo que el segundo en la lista es el Phantom de las tiras diarias de inicio, pero a la vista está el resultado (comprueben, por ejemplo, con cómo les quedó lo mismo a Hermes hace unos pocos años). El mal estado con el que se nos ofrecen las tiras diarias del Phantom de Sy Barry es lo que nos llevó a pasar a las páginas dominicales, primero, y a las tiras diarias de los años treinta luego.

  1. Cuando ya tiene las páginas limpias (y cambiar las cabeceras de Terry los piratas y Príncipe Valiente, una a una, tiene su miga), Jesús procede a la rotulación.

Primero se ha buscado una fuente tipográfica que imite a la original y que sea agradable a la vista. No, ya nadie rotula a mano. Sería imposible, pues además todo el material que nos llega y con el que trabaja, tanto nosotros como las imprentas, es digital.

Cuando rotula, Jesús busca el efecto de que la masa de texto en los bocadillos sea igual que en el original: no hacemos como en otras ediciones donde el texto va en el centro, en pequeño, cuadrado, y sobra blanco en el bocadillo. Jesús busca rellenar el bocadillo entero, poner las negritas o las exclamaciones cuando son necesarias.

Eso a veces es difícil, porque en ocasiones los textos son muy largos y cuesta encajarlos. Pero una letra un poco más pequeña es mejor que quitar los matices de lo que dicen. En otras, al traducir, queda corto.

En este aspecto, rotular Terry y los piratas, como traducirlo, es una odisea, de lo mucho que hablan (ya he dicho alguna vez que tiene mucho de serial de radio).

Y es un dolor de muelas la caprichosa forma de los bocadillos de Phantom o Mandrake, donde hay que hacer encaje bolillos para que quepa todo

  1. A medida que Jesús va rotulando, nos envía lo rotulado para que Ignacio Yebra lo revise. Ahí se detectan erratas que no se pulieron en el texto traducido (tecleo demasiado rápido, pero ya cuento con el colchón de la revisión a posteriori).

Cuando Ignacio o ahora Angel Olivera revisan, Jesús corrige. Y el texto corregido pasa a mí, que lo vuelvo a revisar. Siempre hay algo que se nos ha pasado. Y sin duda hay algo que se nos pasa.

Para optimizar tiempos, nos valemos del wassap. Mensajes sonoros: página 7, viñeta 4, falta una tilde. No, perdona, no era la viñeta 4, era la 6. Etc.

  1. Como ha pasado tanto tiempo desde que traduje el texto, espero a tener todo el libro revisado para escribir la introducción, que suele ser lo último que se monta.

Ahí viene siempre el problema de la longitud: o me paso o no llego.

Ahí viene también el problema, cada vez mayor, de decir algo interesante y de ilustrarlo de manera atractiva.

  1. Como los libros, por esas cosas de la imprenta, tienen que tener paginas en múltiplos de ocho o de doce, y nuestra filosofía es publicar aventuras completas que no siempre tienen la misma extensión, a veces hay que completar el libro con alguna entrevista, o con ilustraciones, algún nuevo artículo de interés, la página de publicidad de la línea..

 

  1. 7. En algún punto del proceso decidimos la portada. Como yo siempre voy tantos meses por delante, suelo ser yo quien la decide o quien propone algunas donde elegir. Tienen que ser portadas con escenas limpias, significativas del libro, que no tengan texto ni brazos cortados, etc etc etc.

Muchas veces (y cada vez más, sobre todo en Príncipe Valiente) las escenas más impactantes no encajan con el diseño: una escena de batalla, por ejemplo, pierde si el plano general en horizontal tiene que reducirse a un plano detalle en vertical. Las ilustraciones tienen que tener “aire” por arriba en el caso de PV para que quepa en logotipo.

Siempre buscamos que las portadas sean variadas. Y existe, claro, el problema añadido:

Estos cómics no se pensaron para ser recopilados en libros. No son comic books. No-existen-portadas. Tenemos que buscarlas de entre las viñetas. Y las viñetas no siempre tienen la resolución necesaria para ampliarlas sin que queden hechas un churro borroso. Por suerte, en el caso de PV, Manuel Caldas nos ayuda y nos proporciona mucho material que puede ampliarse sin engordar la línea.

  1. Cuando se hace la portada, yo ya he escrito la síntesis de la contra, que es la que se utiliza para la publicidad. Jesús da o le dan medidas de grosor del lomo, precios para el código de barras.

Se envía. Nos envían ferros para revisar a toda máquina. A veces detectamos algún fallito de última hora y se corrige.

Y sin solución de continuidad, al título siguiente.

  1. Normalmente trabajamos a destajo, incluso los fines de semana… Jesús no recuerda lo que era el verano. Sí, cierto, lo hacemos porque nos gusta. Nos gusta comer, sobre todo.

10. Y, naturalmente, como se dice en la introducción del Phantom de 1936, contamos con la inestimable y desinteresada ayuda de un montón de amigos que nos echan una mano indispensable para seguir con esta ilusión tan tonta.

Va por ellos: Manuel Caldas, Ivan Pedersen, Santiago Ezpeleta, Antonio Moreno, Antoni Arigita y José Manuel González Vellido.

Y por los lectores que nos siguen, sin cuyo apoyo no existiría este rescate de los clásicos.

Sobre el Autor

Rafael Marin

RAFAEL MARÍN (Cádiz, 1959) ha publicado más de cuarenta libros en diversos géneros: Lágrimas de luz y Mundo de dioses en la ciencia ficción; La leyenda del Navegante en la fantasía épica; La ciudad enmascarada, Ora Pro Nobis y Memento Mori en el terror; Detective sin licencia, Los espejos turbios, Lona de tinieblas, Elemental querido Chaplin en el policial; El anillo en el agua y El niño de Samarcanda en la memoria biográfica; Las campanas de Almanzor, Juglar, Victoria, Don Juan, Elsinor y Odiseo rey en la novela histórica.

Es autor de antologías como Unicornios sin cabeza, El centauro de piedra, Piel de Fantasma o Son de piedra y otros relatos. Entre sus libros de ensayo destacan Hal Foster: una épica postromántica; W de Watchmen y Marvel: Crónica de una época.

3 Comentarios

  • Gracias por tamaña hazaña. Se nota el amor, el mimo y la dedicaciòn que aplicais en vuestro trabajo. La calidad del resultado final es algo que muchos aficionados veteranos como yo ,os agradecemos después de años y años de comics mal trabajados y comercializados. Ahora podemos disfrutar de miles y miles de aventuras, como nos hubieran gustado disfrutar cuando eramos jovenes.
    Gracias por todo y ánimo, a seguir así hasta que el cuerpo aguante.

  • Pues lo de traductor ,a gran escala, esta en riesgo por el aumento de la inteligencia artificial.
    El traductor de Google ha mejorado bastante y esto solo está despegando.
    Podemos acabar con traductor universal como en star trek, quedarán 4 para ayudar a programarlo y gracias.
    Primero dejaron lo mínimo en gasolineras, luego en bancos y ahora van a por todo lo demás.
    Incluso con humanos teníamos las chapuzas de forum traduciendo Will o’wisp como Will el del mechón, en vez de fuego fatuo.
    Irónico que la editorial Bruguera si lo tradujera bien.
    Sic transit Gloria mundi.
    A lo mejor acabamos todos olvidados tras sustituirnos la Inteligencia Artificial.

    Have a nice day

  • Resulta triste pensar que todo este esfuerzo y cariño que ponéis para reivindicar a estos viejos personajes (y autores) no llegue a tener el reconocimiento que merece. A medida que nos adentramos en este nuevo (no tanto ya) siglo parecen diluirse en el olvido. Ojalá me equivoque, en cualquier caso gracias por todo ese esfuerzo, es un regalo.

Rafael Marin

RAFAEL MARÍN (Cádiz, 1959) ha publicado más de cuarenta libros en diversos géneros: Lágrimas de luz y Mundo de dioses en la ciencia ficción; La leyenda del Navegante en la fantasía épica; La ciudad enmascarada, Ora Pro Nobis y Memento Mori en el terror; Detective sin licencia, Los espejos turbios, Lona de tinieblas, Elemental querido Chaplin en el policial; El anillo en el agua y El niño de Samarcanda en la memoria biográfica; Las campanas de Almanzor, Juglar, Victoria, Don Juan, Elsinor y Odiseo rey en la novela histórica.

Es autor de antologías como Unicornios sin cabeza, El centauro de piedra, Piel de Fantasma o Son de piedra y otros relatos. Entre sus libros de ensayo destacan Hal Foster: una épica postromántica; W de Watchmen y Marvel: Crónica de una época.