Dejé Crisei (lo que hoy sería, supongo, la versión punto 1) al pairo hace un montón de años. Tantos, que no quiero ni comprobarlo. Estuve unos diez al pie de la pantalla, contando y sincerándome, reflexionando y tonteando. Reconozco que me divertí mucho, y también me cansé. Hasta que pensé que no tenía nada más que decir. Los blogs nacen y mueren a diario. Nadie los echa de menos. Me dediqué a...