Hemos cambiado la forma de ver televisión. Y de rebote la televisión también ha cambiado. Era lógico, supongo. Tras más de una década de chabacanización de contenidos (llámenlo si quieren italianización o berlusconización), donde todo se fió a encumbrar mindundis, confundir información con desinformación, olvidar la ficción y fiarse a concursos larguísimos donde o no se gana un euro o se...