EL PILOTO QUE SONRÍE  (BUZ SAWYER 1)

E

 

 

En ocasiones se atribuye a Roy Crane (1901-1077) la creación del género de aventuras dentro de la historieta. En efecto, aunque la escuela naturalista o realista comienza con el Tarzan de Hal Foster en 1929, la primera y celebérrima creación de Roy Crane, el simpático Wash Tubbs (chaparrito, miope, valiente como su modelo, Harold Lloyd), pese a su estilo de dibujo caricaturesco, se decanta desde muy pronto hacia los escenarios exóticos, las mujeres bellísimas, la peripecia continua y los villanos más grandes de la vida: eso que hemos dado en conocer como las señas de identidad del género de aventuras. La aparición de un personaje duro y viril, el capitán Easy (el abuelo de Lobezno y Corto Maltese, para entendernos) sumerge ya de pleno a la serie, rebautizada Wash Tubbs and Captain Easy, en los parámetros exóticos y despendolados que convierten a la serie y los personajes en un hito de la historia de los cómics (y, no, no digamos nada de que esté inédita en España).

El estilo de Crane siempre se movió entre la caricatura y la acción, con una puesta a punto que, en vez de la mancha característica de sus directos competidores Noel Sickles y Milton Caniff, se decanta por los tonos de gris, en los que se revela como un consumado maestro.

Y, sin embargo, pese al éxito de Wash Tubbs y Captain Easy (que pasaría a ocupar con su propio nombre en solitario las páginas en dominicales en color), el siempre astuto y alerta William Randolph Hearst llamó a su puerta y le ofreció el oro y el moro. O sea, más dinero y la posibilidad de controlar más y mejor sus creaciones. Haría lo mismo con Milton Caniff poco más tarde, quien como es sabido abandona su maravilloso Terry y los piratas para crear Steve Canyon.

Crane, que sin duda está mirando a Caniff, como Caniff está mirando a Crane, crea Buz Sawyer, una serie bélica de aviadores de la Marina norteamericana, aunque el final de la guerra, como veremos en números futuros, lo devuelve al mundo civil donde desarrollará una actividad como aventurero y agente al servicio de su país.

De momento, en este libro, veremos la presentación del noblote y algo ingenuo Buz y sus aventuras a bordo del portaaviones Tippecanoe. Acompañado por el fiel y simpático Rosco Sweeney, que le sirve de contrapunto humorístico (y que también se encargaría de protagonizar las páginas dominicales en color, en entregas autoconclusivas rematadas en un gag),  Buz se revela como un héroe amable y tranquilo, ingenioso como son todos los héroes de los cómics. En cierto modo, y por pocos meses, preludia lo que sería luego Johnny Hazard, aunque sin el elemento casual desaforado que es marca de fábrica de la creación de Frank Robbins.

El estilo, ya lo hemos dicho, alterna lo caricaturesco con lo realista. Como bien señala Jesús Yugo, se nota la influencia de Crane en autores tan posteriores como Jaime Hernández (y yo diría que, quizá por mediación de Hernández, esa influencia llega a nuestro querido Paco Roca). Inmerso en la contienda, el contraste entre lo plácido del dibujo y las expresiones faciales de los personajes con la violencia extrema de la guerra no hace sino reforzar ese choque terrible de la civilización contra el desastre.

Crane es además un maestro de la narración en dos tiempos, y es capaz de alternar las aventuras de Buz en el Pacífico con la espera de sus familiares en Estados Unidos: la madre, los hermanos, la novia (el padre, curiosamente, desaparece pronto de escena). Esto sin duda refleja la situación de tantísimos soldados en los diversos frentes: el recuerdo del hogar y la vida plácida a la que, lo preludia ya aquí Sawyer aunque la guerra aún no haya terminado, no van a tener fácil la reintegración.

Enamoradizo y torpe en cuestión de amores por más lanzado que sea, es una delicia ver a Buz dudar entre su novia de toda la vida y la chica-que-parece-un-chico y que ni siquiera es aún mayor de edad. Eran otros tiempos y las tribulaciones del héroe de guerra entre un futuro con la rubia Tot Winters donde lo tendrá todo resuelto a costa de ver cortadas sus alas y la atracción innegable que siempre hacia la morena Christy Jameson preludian ya lo que Peter Parker sentiría entre Gwen Stacy y Mary Jane Watson vía las Betty y Veronica de Archie.

Aventura y melodrama. Gran aventura y gran melodrama. Y un autor y una serie de primera fila prácticamente desconocidos en nuestro país.

Bienvenidos sean a la línea Sin Fronteras.

Estamos seguros de que el viaje va a merecer mucho la pena.

 

Sobre el Autor

Rafael Marin

RAFAEL MARÍN (Cádiz, 1959) es profesor, escritor, traductor, guionista y teórico de historieta. Ha publicado más de treinta libros en diversos géneros: Lágrimas de luz y Mundo de dioses en la ciencia ficción; La leyenda del Navegante en la fantasía épica; La ciudad enmascarada, Ora Pro Nobis y Memento Mori en el terror; Detective sin licencia, Lona de tinieblas, Elemental querido Chaplin en el policial; El anillo en el agua y El niño de Samarcanda en la memoria biográfica; Las campanas de Almanzor, Juglar, Victoria, Don Juan y Elsinor en la novela histórica.

Es autor de antologías como Unicornios sin cabeza, El centauro de piedra, Piel de Fantasma o Son de piedra y otros relatos. Entre sus libros de ensayo destacan Hal Foster: una épica postromántica; W de Watchmen y Marvel: Crónica de una época.

Odiseo Rey es su última novela.

Un Comentario

Rafael Marin

RAFAEL MARÍN (Cádiz, 1959) es profesor, escritor, traductor, guionista y teórico de historieta. Ha publicado más de treinta libros en diversos géneros: Lágrimas de luz y Mundo de dioses en la ciencia ficción; La leyenda del Navegante en la fantasía épica; La ciudad enmascarada, Ora Pro Nobis y Memento Mori en el terror; Detective sin licencia, Lona de tinieblas, Elemental querido Chaplin en el policial; El anillo en el agua y El niño de Samarcanda en la memoria biográfica; Las campanas de Almanzor, Juglar, Victoria, Don Juan y Elsinor en la novela histórica.

Es autor de antologías como Unicornios sin cabeza, El centauro de piedra, Piel de Fantasma o Son de piedra y otros relatos. Entre sus libros de ensayo destacan Hal Foster: una épica postromántica; W de Watchmen y Marvel: Crónica de una época.

Odiseo Rey es su última novela.