PARA GUSTOS, COLORES (JOHNNY HAZARD COLOR 1)

P

 

 

Los personajes de los cómics de prensa también vivieron una doble vida, aunque no necesitaran disfraces de licra ajustaditos al cuerpo:  sus historias diarias en blanco y negro, de lunes a sábado, y su versión en color de los domingos. A veces, pocas, los argumentos se continuaban durante los siete días de la semana. En su inmensa mayoría, suponían historias distintas, sin más relación que el reconocimiento inmediato del protagonista, quizá porque en efecto había públicos que compraban el periódico solamente los domingos, y en ese caso el suplemento en color donde aparecían las historietas era compartido por toda la familia, de ahí que la versión dominical de los personajes de aventuras fuera siempre un tanto más light e infantil que la de diario.

Hubo series que solo tuvieron su página dominical (ya saben ustedes: Flash Gordon cuando lo llevaba Alex Raymond, Príncipe Valiente), y otras que solo tuvieron su tira diaria (X-9 Agente Secreto o Rip Kirby). Y otras que hicieron doblete. Como la serie que tanto amamos y que nos ocupa ahora: Johnny Hazard, la obra maestra de Frank Robbins, esa serie capital, una de las tres mejores de la historia, que por esos caprichos del destino ha sido injustamente olvidada: el desconocimiento del pasado glorioso es una lacra y no solo entre los lectores de cómics.

Robbins presenta las aventuras de nuestro aviador favorito en el formato dominical a color desde 1944 y…

Un momento, un momento, si Johnny Hazard dominical empieza en 1944… ¿cómo es que Sin Fronteras comienza la ansiada y deseada publicación de las dominicales en fecha muy posterior?

Pasemos a la publicidad, digo a las excusas, digo a la explicación: Las primeras páginas dominicales son en formato vertical. Son, durante un par de años, apenas un chiste auto-conclusivo hasta que poco a poco se concatenan las aventuras. Hemos decidido comenzar por el momento en que la serie pasa a ser publicada cada domingo con formato apaisado y los argumentos ya son plenamente de aventura continuada de una semana a la otra.

¿Entonces no vamos a tener la colección completa, profe?

Sí, la tendremos. Descuide el lector que esas dominicales en vertical formarán parte de un próximo número especial. Nos pareció arriesgado y hasta contraproducente lanzar una nueva serie que en realidad sigue de una serie ya finiquitada (me refiero a las tiras diarias de Johnny Hazard, ¿saben ustedes que debemos de ser la única editorial que ha publicado todas las tiras en blanco y negro desde que lo hicieron los italianos en los años setenta?), porque ver que de pronto el tomo dominical no les hace juego en las estanterías y de pronto el número 2 (que sería este que ahora tienes en tus manos, lector amigo)I vuelve al formato de siempre iba a traer de cabeza a más de uno.

Así que hemos decidido empezar por aquí, y ya publicaremos, palabrita, el tomo especial cuando la serie esté un poco más encarrilada.

A lo que íbamos: Estas historias son las historias de siempre, con un Johnny Hazard pletórico de facultades, y con un desfile de secundarios tan atractivo como de costumbre. La acción es más acelerada, porque no hay tiempo de profundizar en las entregas dominicales como se hace cada día, y los peligros abundan porque el cliffhanger de la última viñeta es afortunadamente inevitable.

Verán ustedes que estas historias suponen casi un Johnny Hazard paralelo. Lo vemos trabajando para una compañía aérea y en buena medida no se quita la chaquetilla blanca excepto en algún momento puntual para sacar pecho. Lo acompaña “Desecho” Keely, un comparsa que no se hace demasiado cargante (recordemos: es domingo y el lector es más joven y hay que asegurar las risas), y un par de bellezas made-in-Robbins que ya hemos conocido (o los lectores originales habrían de conocer) en el futuro de las tiras diarias: la ejecutiva Lisbeth Manning y la exuberante Baronesa Llama. Alguno de los villanos que aparecen aquí volverán en el futuro. Como también volverá un viejo conocido, Scotty… ¡y Brandy!

El exotismo es, por el momento, el santo y seña del Johnny Hazard dominical: cementerios de barcos hundidos en pleno mar de los Sargazos, piratas malvados y un tanto caprichosos en sus motivaciones, un tecnoterrorista de la época, una isla con dinosaurios sueltos que casi parece la inspiración de Parque Jurásico, y hasta platillos (“discos”, como se le llamaba todavía en esta época) volantes, más una dulce ancianita que quizá no sea lo que aparenta.

Prepárese el lector para pasar un buen rato. El Johnny Hazard a todo color no desmerece al Johnny Hazard en blanco y negro. En todo caso, una y otra versiones se realimentan y engrandecen mutuamente.

 

Sobre el Autor

Rafael Marin

RAFAEL MARÍN (Cádiz, 1959) ha publicado más de cuarenta libros en diversos géneros: Lágrimas de luz y Mundo de dioses en la ciencia ficción; La leyenda del Navegante en la fantasía épica; La ciudad enmascarada, Ora Pro Nobis y Memento Mori en el terror; Detective sin licencia, Los espejos turbios, Lona de tinieblas, Elemental querido Chaplin en el policial; El anillo en el agua y El niño de Samarcanda en la memoria biográfica; Las campanas de Almanzor, Juglar, Victoria, Don Juan, Elsinor y Odiseo rey en la novela histórica.

Es autor de antologías como Unicornios sin cabeza, El centauro de piedra, Piel de Fantasma o Son de piedra y otros relatos. Entre sus libros de ensayo destacan Hal Foster: una épica postromántica; W de Watchmen y Marvel: Crónica de una época.

Un Comentario

  • Aaaah ¡Por fin entiendo el asunto de las dominicales en las tiras de prensa! Esto explica muchas cosas, incluido lo que están haciendo con Popeye

Rafael Marin

RAFAEL MARÍN (Cádiz, 1959) ha publicado más de cuarenta libros en diversos géneros: Lágrimas de luz y Mundo de dioses en la ciencia ficción; La leyenda del Navegante en la fantasía épica; La ciudad enmascarada, Ora Pro Nobis y Memento Mori en el terror; Detective sin licencia, Los espejos turbios, Lona de tinieblas, Elemental querido Chaplin en el policial; El anillo en el agua y El niño de Samarcanda en la memoria biográfica; Las campanas de Almanzor, Juglar, Victoria, Don Juan, Elsinor y Odiseo rey en la novela histórica.

Es autor de antologías como Unicornios sin cabeza, El centauro de piedra, Piel de Fantasma o Son de piedra y otros relatos. Entre sus libros de ensayo destacan Hal Foster: una épica postromántica; W de Watchmen y Marvel: Crónica de una época.